Los juguetes sexuales pueden ser una herramienta divertida, saludable y emocionante para explorar el placer, tanto en solitario como en pareja. Sin embargo, como con cualquier otro objeto íntimo, hay ciertos errores comunes que pueden afectar la experiencia o incluso poner en riesgo la salud. Aquí te contamos cinco errores frecuentes al usarlos y cómo evitarlos para que solo te den alegrías.
1. No limpiar los juguetes correctamente
El error:
Usar juguetes sexuales sin lavarlos antes y después de cada uso puede provocar infecciones, malos olores o incluso deteriorar el material del juguete.
Cómo evitarlo:
Lávalos siempre con agua tibia y jabón neutro o con un limpiador específico para juguetes sexuales. Revisa las instrucciones del fabricante: algunos materiales no se llevan bien con ciertos productos. Y sí, aunque sea nuevo, ¡también hay que limpiarlo antes del primer uso!
2. Usar el lubricante equivocado (o no usar ninguno)
El error:
Usar lubricante inadecuado puede dañar el juguete o generar incomodidad. Por ejemplo, el lubricante de silicona no va con juguetes de silicona: los puede volver pegajosos o degradar el material.
Cómo evitarlo:
Elige el lubricante adecuado según el juguete y el uso:
Para juguetes de silicona: lubricantes a base de agua.
Para juguetes de vidrio, metal o cerámica: cualquier tipo funciona, aunque siempre es más seguro el de agua.
Además, no temas usar lubricante: puede marcar la diferencia entre una experiencia meh y una épica.
3. Ignorar los límites del cuerpo (y del juguete)
El error:
Forzar un juguete más allá de lo que el cuerpo permite o usarlo en zonas no diseñadas para él puede causar dolor, lesiones o incomodidad.
Cómo evitarlo:
Escucha a tu cuerpo. Si duele, arde o incomoda, detente. Usa juguetes del tamaño y forma apropiados para la zona que quieres estimular. Y si vas a explorar juegos anales, asegúrate de que el juguete tenga base o tope (sí, cosas se han perdido ahí... y no por error de fábrica).
4. Compartir juguetes sin protección
El error:
Pasar un juguete de una persona a otra sin limpiarlo o sin protección puede transmitir infecciones, incluso si parece que no hay ningún riesgo visible.
Cómo evitarlo:
Si se va a compartir, cúbrelo con un condón nuevo para cada persona o limpia el juguete entre usos. Mejor prevenir que pasar una semana incómoda.
5. No informarse sobre los materiales
El error:
No todos los juguetes están hechos con materiales seguros. Algunos, especialmente los muy baratos, pueden contener ftalatos u otros compuestos tóxicos que no deberían ir cerca de partes sensibles.
Cómo evitarlo:
Opta por juguetes de silicona médica, vidrio, acero inoxidable o ABS. Lee reseñas y compra en tiendas confiables. El precio no lo es todo, pero cuando hablamos de salud íntima, vale la pena invertir un poco más.
Los juguetes sexuales son aliados del placer, no del drama. Con un poco de higiene, lubricación y sentido común, se pueden usar de forma segura y divertida. Ya sea que estés empezando o tengas una colección secreta, evitar estos errores puede mejorar mucho tu experiencia.
¿Y tú? ¿Qué error creías que no era tan importante hasta ahora?