Tiempo de lectura estimado: 3 minutos
Me llamo Rogelio, te cuenta mi experiencia intima en estética  masculina paloma.

Me llamo Rogelio, te cuenta mi experiencia intima en estética masculina paloma.

Me llamo Rogelio, tengo 41 años, y hasta hace poco pensaba que los centros de estética eran “cosas de mujeres”. Tenía esa idea equivocada que muchos compartimos, como si el cuidado del cuerpo, la piel o el bienestar personal tuviera género. Pero todo cambió el día que entré a Estética Masculina Paloma. No solo descubrí un nuevo mundo, sino que viví una experiencia tan íntima como transformadora.

Todo comenzó con una conversación casual con mi compañero de gimnasio, Javier. Me habló de un lugar en el que, según él, “salías como nuevo”. No se refería solo a la depilación, sino a un servicio completo de cuidado corporal y relajación. Me picó la curiosidad, así que busqué el lugar en redes sociales. Me llamó la atención que fuera exclusivamente para hombres, lo que de inmediato me hizo sentir más cómodo. Tomé valor y pedí una cita.

Al llegar, me recibió Paloma, la dueña. Una mujer cálida, profesional y con una sonrisa que transmite confianza. Su estudio era impecable: aromas suaves, luz tenue, música relajante… el ambiente perfecto para olvidar por un rato el ruido del mundo. Me ofreció un café y conversamos brevemente sobre mis expectativas. Me sorprendió que no me tratara como un simple cliente, sino como alguien que estaba dando un paso importante hacia el cuidado personal, algo íntimo y válido.

Comenzamos con una limpieza facial profunda. Jamás había sentido mi rostro tan libre. Paloma fue explicando cada paso, desde la exfoliación hasta la aplicación de mascarillas. No era solo una cuestión estética: era terapéutico. Me sentí cuidado, escuchado, incluso mimado, algo que rara vez experimentamos los hombres sin sentirnos ridículos o débiles.

Luego vino la depilación. Confieso que estaba nervioso. No solo por el dolor (spoiler: no fue tanto como imaginaba), sino por la vulnerabilidad de estar medio desnudo frente a una desconocida. Pero Paloma, con una naturalidad admirable, convirtió la sesión en algo casi clínico, respetuoso y sin tabúes. Me explicó las diferencias entre cera caliente, cera tibia y otras técnicas, y me ayudó a elegir la más adecuada para mi tipo de piel. Salí de ahí con la piel suave como nunca y, sobre todo, con cero vergüenza.

Después, cerramos con un masaje descontracturante. En ese momento, ya no pensaba en “esto es raro” o “no es para mí”. Solo me dejé llevar. El estrés acumulado, las tensiones musculares y hasta algunas cargas emocionales que ni sabía que llevaba encima, se liberaron en ese cuarto silencioso. Fue algo profundamente personal.

Al finalizar, Paloma me preguntó cómo me sentía. Respondí con una sonrisa tonta y un “ligero, muy ligero”. Ella me guiñó el ojo y dijo: “Eso es lo que buscamos aquí”. Y tenía razón. No se trataba solo de estética. Se trataba de autoestima, de bienestar, de un reencuentro con uno mismo.

Desde aquel día, voy una vez al mes. Me hago limpieza, depilación y masaje. También he probado otros servicios como tratamientos capilares y cuidados de manos. Y aunque muchos de mis amigos aún lo ven con escepticismo, otros ya se han animado a acompañarme. Les cuento mi experiencia sin filtros, porque creo que es necesario romper con esos moldes anticuados que nos enseñan a los hombres a descuidarnos en nombre de una falsa masculinidad.

Estética Masculina Paloma no fue solo un lugar nuevo en mi rutina. Fue una puerta hacia una mejor versión de mí. Hoy me siento más seguro, más relajado y más conectado con mi cuerpo. No exagero cuando digo que ese pequeño salón cambió mi forma de entender el autocuidado.

whatsapp Facebook share link LinkedIn share link Twitter share link Email share link
inicia una conversación
Asesor 1
Gerente
Habla con nuestro gerente
Asesor 1
(Paseo Degollado 66) Matriz
Soporte en Paseo Degollado 66
Asesor 3
(Av. Revolución 669)
Soporte en Av. Revolución 669
Asesor 2
(Avenida Hidalgo 973)
Soporte en Avenida Hidalgo 973

mi cuenta