Los juguetes sexuales se han convertido en herramientas comunes para explorar la sexualidad, mejorar la intimidad y disfrutar del placer en solitario o en pareja. Sin embargo, una pregunta frecuente —especialmente entre quienes se inician en su uso— es si son realmente seguros. La respuesta corta es sí, los juguetes sexuales pueden ser seguros, siempre y cuando se utilicen correctamente y se elijan productos de calidad. A continuación, te explicamos todo lo que debes saber para usarlos con confianza y seguridad.
1. Importancia de los materiales
Uno de los factores más importantes a la hora de determinar si un juguete sexual es seguro es el material con el que está hecho. Algunos materiales son más higiénicos, hipoalergénicos y duraderos que otros. Los más recomendados incluyen:
Silicona médica: Es suave, no porosa, segura para el cuerpo y fácil de limpiar. Ideal para personas con piel sensible.
Vidrio templado: Totalmente no poroso y seguro, se puede calentar o enfriar para variar las sensaciones.
Acero inoxidable: Seguro, duradero y no poroso, perfecto para juegos más intensos.
ABS (plástico duro): También no poroso y seguro si no tiene recubrimientos tóxicos.
En cambio, materiales como el PVC, jelly o goma pueden contener ftalatos u otras sustancias químicas potencialmente dañinas. Además, al ser porosos, pueden albergar bacterias incluso después de limpiarlos, por lo que no se recomiendan para un uso interno prolongado.
2. La higiene lo es todo
Independientemente del tipo de juguete, una correcta higiene es clave para evitar infecciones o irritaciones. Aquí algunas pautas básicas:
Limpia el juguete antes y después de cada uso con agua tibia y jabón neutro o con un limpiador especializado para juguetes sexuales.
Evita compartir juguetes sin usar protección (como un condón) entre diferentes personas.
Si el juguete es poroso o tiene partes de difícil acceso, usa preservativos para facilitar la limpieza.
Guárdalos en lugares limpios y secos, preferiblemente en bolsas individuales de tela para evitar la contaminación cruzada.
3. Uso seguro: lo que debes considerar
Lubricación adecuada: Usa siempre lubricantes compatibles con el material del juguete. Por ejemplo, los juguetes de silicona no deben usarse con lubricantes a base de silicona.
Revisa el estado del juguete: No uses juguetes con grietas, costuras rotas o partes sueltas, ya que pueden causar lesiones o albergar bacterias.
Base segura en juguetes anales: Todo juguete anal debe tener una base ancha para evitar que se deslice completamente hacia el recto.
Evita juguetes falsificados: Los productos extremadamente baratos o sin marcas confiables pueden contener materiales tóxicos. Opta por tiendas y marcas reconocidas.
4. Certificaciones y regulaciones
En muchos países, los juguetes sexuales están regulados como productos de bienestar o incluso dispositivos médicos. Las marcas confiables suelen contar con certificaciones de seguridad como:
CE (Conformité Européenne) en Europa.
RoHS (Restricción de Sustancias Peligrosas).
FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) en EE.UU., especialmente para materiales que entran en contacto con la piel o las mucosas.
Verificar estas certificaciones es una buena práctica para asegurarte de que el producto ha pasado controles de calidad y seguridad.
5. Consulta con profesionales si tienes dudas
En casos de condiciones médicas específicas (como alergias, infecciones recurrentes o dolor pélvico), es recomendable hablar con un profesional de la salud antes de usar juguetes sexuales. Algunos terapeutas sexuales también pueden asesorarte sobre cuáles son más adecuados para ti.
Los juguetes sexuales son seguros si se eligen con criterio y se usan de forma responsable. Prestar atención a los materiales, mantener una buena higiene, y respetar los límites del cuerpo son claves para disfrutar de una sexualidad saludable y placentera. Más allá del tabú, estos productos pueden ser aliados del bienestar físico, emocional y sexual. Como cualquier otro producto que entra en contacto con el cuerpo, merecen un uso informado y consciente.
