Tiempo de lectura estimado: 3 minutos
Soy Rodrigo y esta es mi experiencia inolvidable en Estética Masculina Mediterráneo

Soy Rodrigo y esta es mi experiencia inolvidable en Estética Masculina Mediterráneo

Desde hace semanas, había escuchado hablar de Estética Masculina Mediterráneo. Amigos y colegas comentaban sobre sus servicios como si se tratara de un secreto a voces, algo exclusivo, casi prohibido. Al principio dudé, pero la curiosidad pudo más. Reservé una cita sin saber exactamente lo que me esperaba.

Era un jueves por la tarde. La puerta se abrió con un leve sonido de campana, y fui recibido por un aroma sutil, mezcla de maderas, aceites esenciales y algo más... algo íntimo. La recepcionista, una mujer de voz suave y mirada penetrante, me sonrió como si ya supiera qué necesitaba.

—Rodrigo, ¿cierto? Te está esperando Lara.

No supe qué responder, solo asentí. Me condujo por un pasillo tenue, decorado con luces cálidas y música ambiental que acariciaba los sentidos. Lara me esperaba en una habitación privada, vestida con un uniforme ajustado que dejaba poco a la imaginación. Su presencia era envolvente, y su voz, una caricia.

—Hoy te relajarás como nunca antes —dijo, mientras me invitaba a recostarme en la camilla.

Comenzó con un masaje relajante, sus manos expertas recorrían mi espalda con aceite tibio, deshaciendo cada tensión acumulada. Poco a poco, su contacto se volvió más lento, más consciente. Cada roce parecía leer mis pensamientos, explorar mis deseos sin una palabra. Su respiración se sincronizaba con la mía, y el ambiente se transformó en una danza de piel, suspiros y silencios cargados de intención.

Sus dedos descendieron por mi torso, rozando apenas, provocando escalofríos de placer anticipado. Nuestros ojos se encontraron por un instante, y en ese silencio cómplice, todo se desbordó. No hubo prisas, solo el ritmo perfecto de dos cuerpos que se descubren, sin reglas, sin juicios. Cada caricia, cada gesto, cada susurro, me llevaba más allá del placer físico. Era un ritual, una entrega.

Cuando todo terminó, no supe cuánto tiempo había pasado. Lara me acarició el cabello y susurró:

—En Estética Masculina Mediterráneo, cada hombre vive su momento. Hoy, fue el tuyo.

Salí de allí distinto. No era solo el cuerpo relajado… era el alma tocada. Nunca imaginé que un lugar así me ofrecería algo más que un masaje. Fue una experiencia inolvidable. Fue mía.

whatsapp Facebook share link LinkedIn share link Twitter share link Email share link
inicia una conversación
Asesor 1
Gerente
Habla con nuestro gerente
Asesor 1
(Paseo Degollado 66) Matriz
Soporte en Paseo Degollado 66
Asesor 3
(Av. Revolución 669)
Soporte en Av. Revolución 669
Asesor 2
(Avenida Hidalgo 973)
Soporte en Avenida Hidalgo 973

mi cuenta