Los juguetes sexuales están rodeados de mitos que generan miedo o desinformación. Uno de los más comunes es la idea de que sustituyen a la pareja. En realidad, suelen utilizarse como complemento para enriquecer la experiencia sexual.
Otro mito frecuente es que solo son para personas con dificultades sexuales. La realidad es que están diseñados para el placer, el autoconocimiento y la exploración, independientemente de la experiencia previa.
También existe el temor a que generen dependencia o pérdida de sensibilidad. Usados de manera adecuada y responsable, no presentan estos efectos. Informarse sobre materiales, uso y limpieza permite una experiencia segura y positiva.
Romper con estos mitos ayuda a vivir la sexualidad sin prejuicios y con mayor libertad.