Hablar de sexo en pareja no siempre es fácil. Para muchas personas, expresar sus fantasías sexuales puede generar nervios, vergüenza o incluso miedo al rechazo. Sin embargo, la comunicación sexual es clave para una relación sana, plena y sincera.
Las fantasías sexuales forman parte natural de la intimidad de cada persona. Son deseos, ideas o escenarios que nos excitan y que pueden enriquecer muchísimo la vida sexual si se comparten de manera adecuada. El problema es que muchas veces no sabemos cómo dar el primer paso para hablarlas.
Aquí te comparto algunas claves para abordar el tema con tu pareja sin morir en el intento.
No es recomendable sacar un tema íntimo o delicado en medio de una discusión o cuando uno de los dos está estresado o apurado. Busca un momento tranquilo, donde ambos se sientan cómodos, relajados y abiertos a conversar. Puede ser durante una cena íntima, después de hacer el amor o en un espacio de confianza.
Recuerda que el contexto es importante: las fantasías sexuales merecen un espacio de respeto y atención.
Cuando compartas tus fantasías, hazlo desde lo que sientes y deseas, no como una obligación o un reclamo. No digas “tienes que hacer esto” sino “me gustaría probar esto contigo” o “me excita mucho imaginar esto”.
La comunicación asertiva y empática genera más apertura que la presión o el reproche.
Es importante ser honesto, pero también tener tacto. Recuerda que tu pareja puede tener límites, miedos o inseguridades. Por eso, plantea tus fantasías como una invitación, no como un mandato.
Puedes decir frases como:
“¿Te gustaría que te cuente algo que me excita mucho?”
“He tenido una fantasía que me encantaría explorar contigo, pero me da un poco de vergüenza contártela...”
Eso crea un clima de complicidad y confianza.
Así como tú tienes derecho a expresar tus deseos, tu pareja tiene derecho a aceptarlos, querer explorarlos o no sentirse cómoda con ellos. Escucha con atención su respuesta y no te frustres si al principio no reacciona como esperabas.
La comunicación sexual es un camino que se construye poco a poco.
Si tu pareja está abierta a experimentar, no hace falta pasar de la fantasía a la práctica de inmediato. Pueden hablar más sobre el tema, fantasear verbalmente, incluirlo en sus juegos sexuales o buscar información juntos.
La idea es disfrutar el proceso, no convertirlo en una obligación.
Hablar de sexo es más fácil cuando comprendemos que todos, en mayor o menor medida, tenemos deseos, curiosidades o fantasías sexuales. No eres “raro” ni “pervertido” por tenerlas. Al contrario, compartirlas puede fortalecer la confianza y la intimidad en pareja.
Hablar de tus fantasías sexuales con tu pareja es un acto de valentía, confianza y amor propio. No se trata solo de cumplir un deseo, sino de abrir un espacio de diálogo sincero donde ambos puedan conocerse mejor, explorar nuevas sensaciones y fortalecer su vínculo.
El secreto está en la comunicación honesta, el respeto mutuo y la disposición a escuchar y comprender al otro.
Después de todo... ¿quién sabe? Tal vez tu pareja también tiene fantasías que está esperando compartir contigo.